España: Madre Soltera
Fragmentos del libro: Mi Prontuario
La historia cuenta que a comienzos del siglo XVI, España llegó desde el viejo continente al nuevo mundo entre gallos de medianoche precisamente hospedándose en la Isla del Gallo. Los conquistadores montados en enormes animales que se tragaban la brida, eran expertos en el manejo de la espada que poco a poco se fueron extendiendo por el vasto campo del continente.
Durante la etapa de aclimatación los conquistadores fueron creando pequeños pueblos, poniendo los mismos nombres de los que hay en la península y con normas de organización sociopolítica y su idiosincrasia propias de la Casa de los Borbones. Las colonias se gobernaban desde la Ciudad Real (Madrid) y como tal las relaciones sociales tenían un perfil lapidario, si los protocolos no se cumplían debidamente, el peso del Despotismo Ilustrado establecido por Carlos III, llegaba mas temprano que tarde y el acusado moría sentado en el potro de la Santa Inquisición. no solo había que construir Grandes Catedrales o Castillos, sino sobretodo había que oír misa los domingos y pagar los diezmos para mantener la Metrópoli y escoger entre ser: Encomendero, Barón o Capellán.
En los años de la colonia, la buena moza España con la danza flamenca que lleva en las venas cautiva al publico y en una de sus presentaciones la gitana llega a leer en la palma de la mano, a un navegante genoves susurrándole al oído que su futuro era con ella, como así ocurrió y se fueron a vivir juntos. Tuvieron una hija llamada Argentina. Hay una página aparte acerca de la Dolce Vita que poco duró. Luego después la atractiva Ibérica creyó encontrar el amor de sus amores; se inclinó primero y luego cayó en los brazos de un industrial alemán. El bávaro era de pocas palabras pero disciplinado que le gustaba veranear en las playas de Viña del Mar y Valparaíso. Le dió un varoncito al que le puso por nombre: Chile. Luego el alemán regresó a su país para no regresar mas, no se sabe si la aguantó a ella por la razón o la fuerza.
En esas circunstancias la joven se trasladó a Centroamérica a gozar de las cálidas tierras antillanas, cuando un buen día un inmigrante de color le canto: “Que bonitos ojos tienes debajo de esas dos cejas, malagueña salerosa, eres linda y hechicera como el candor de una rosa, besar tus labios quisiera”, le cayó simpático y de inmediato cedió el corazón. Con él vivió un tórrido romance del que resultó una constelación de hijos: Cuba, Santo Domingo, Haití, Panamá, Jamaica y las siamesas Trinidad y Tobago. Este hombre sucumbió en altamar por un tornado que castigó drásticamente la zona. Posteriormente al retornar al sur, mas adulta y experimentada por supuesto de haber sido golpeada por la vida el tiempo que le toco vivir con hombres de ascendencia extranjera le fue mal. No se explica como, ella muy pegada a la letra: “la española cuando besa, besa de verdad y un beso de amor no se lo da a cualquiera, olé”, olvidándose de este su precepto que era de rigor, tuvo como último compañero a un hombre del lugar de rasgos andinos con quien llegó a tener tres hijos más: Perú, Ecuador y Bolivia.
Los ciudadanos de América Latina, se sienten cohibidos al no saber quién es su verdadero padre, porque al preguntarle a alguien acerca de España, se nos repite que España es la Madre Patria pero nunca nos dicen quién es el Padre Patria. Pues se deduce que nuestra progenitora tuvo tantos compromisos y nosotros los hijos, somos hermanos de padres diferentes con rasgos diversos pero hablamos el mismo idioma, por lo que nuestra madre tantas veces engañada, fue en realidad Madre Soltera. Vale.
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